Su estructura es similar a la de los cauchos, pero en vez de átomos de carbono, está formada por átomos de silicio y de oxígeno. El silicio aporta resistencia a la luz, a agentes químicos y sobre todo a la temperatura, por lo que se usa en conductos y mangueras de carburante.
Antes de que la silicona se solidifique es un producto muy adherente, por lo que se ha impuesto para la fijación de vidrios en ventanas y puertas, así como para sellar rendijas en depósitos de agua.
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